El legislador izquierdista Javier Diez Canseco murió anoche a las 10:22, a los 65 años de edad, luego de una lucha sin sosiego contra el Cáncer en la clínica Anglo Americana. |
"Sus restos serán velados hoy en la Casona de San Marcos. "
EJEMPLO
El historiador Nelson Manrique dijo: “La muerte de Javier es un golpe muy duro. En las últimas elecciones él no quería participar y le dije que lo necesitábamos porque era el rostro de la izquierda. Ojalá los jóvenes recojan su ejemplo de valor, honestidad y compromiso. Siempre nos aferramos a la ilusión de que el desenlace será otro. Duele ver irse a los mejores”.
El historiador Nelson Manrique dijo: “La muerte de Javier es un golpe muy duro. En las últimas elecciones él no quería participar y le dije que lo necesitábamos porque era el rostro de la izquierda. Ojalá los jóvenes recojan su ejemplo de valor, honestidad y compromiso. Siempre nos aferramos a la ilusión de que el desenlace será otro. Duele ver irse a los mejores”.
Su médico de cabecera Julio Castro Gómez confirmó la lamentable noticia e indicó que los restos del político serán velados hoy en la Casona de San Marcos, a partir de las cinco de la tarde.
Manifestó que el lunes recibirá un homenaje de las organizaciones sociales en la Plaza Bolívar frente al Congreso, pero que, por decisión de la familia, el ataúd con los restos de Diez Canseco no ingresará al Congreso, que lo sancionó de manera injusta.
Castro Gómez dijo que sus restos, después de la Plaza Bolívar, serán llevados a la Plaza Bolognesi, donde recibirá el homenaje del Partido Socialista, última organización que lideró en su larga trayectoria.
Diez Canseco dedicó la mayor parte de su vida a la defensa de los derechos humanos y a una lucha frontal contra los corruptos. Decidió vivir al lado de la lucha de los trabajadores, pese a que pertenecía a una familia adinerada. Sus padres fueron Santiago Luis Diez Canseco Magill y María del Carmen Cisneros Sánchez.
Sufrió de poliomielitis cuando tenía un año de edad, lo cual lo dejó con una característica cojera, sin embargo, siempre caminó derecho por las sendas de la honestidad y la ética.
Este hombre ejemplar, dijo sobre su enfermedad el ocho de febrero: “Encararé esta situación con la misma energía en defensa de la vida y los derechos fundamentales que he buscado tener durante toda mi trayectoria. Lo haré con la misma firmeza y decisión, contando con el invalorable apoyo de mi esposa y compañera, mis hijos y mi familia, de mis entrañables amigos y compañeros, y de los hombres y mujeres del Perú que creen que debo seguir batallando, con ellos, por un Perú nuevo en un mundo nuevo”.
Durante los años ‘90, Diez Canseco se convirtió en uno de los principales opositores a la dictadura de Alberto Fujimori a la que combatió sin freno.
Luchó a favor de los derechos humanos contra Sendero Luminoso y contra algunos malos elementos de Ejército.
Fue un político preocupado por la pacificación, la lucha contra el narcotráfico y sobre todo contra la corrupción, y a favor de las personas discapacitadas.
Diez Canseco apoyó la candidatura presidencial de Ollanta Humala en el 2011, pero tuvo que alejarse de oficialismo por diferencias políticas.
Estudió derecho en San Marcos y sociología en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Durante la dictadura militar fue expulsado a Argentina y luego a Francia. A pesar de ello postuló a la Asamblea Constituyente de 1978 y salió elegido.
Desde ese momento se dedicó por completo a la política y fue elegido numerosas veces como diputado (entre 1980 y 1985), senador (entre 1985 y 1992) y congresista (en los periodos 1995-2000 y 2001-2006). En el 2011 también fue elegido congresista de la República con alta votación
La justicia le dio la razón La congresista Rosa Mavila dijo que el Congreso lo sancionó de manera injusta, como una forma de venganza política. “La justicia tuvo que poner las cosas en su lugar y dejó mal parado al Congreso que trató mal a nuestro compañero que luchó siempre contra la corrupción”, sostuvo.
Mavila dijo que Diez Canseco deja un gran vacío en la política peruana. “Nos deja su ejemplo de lucha y dedicación por lo más necesitados, por los trabajadores, por la gente de a pie”, dijo.
Marisa Glave afirmó: “Simplemente no entiendo la muerte, menos cuando se lleva gente necesaria. Hasta pronto Javier, te encontraremos en otras luchas”.
Manifestó que el lunes recibirá un homenaje de las organizaciones sociales en la Plaza Bolívar frente al Congreso, pero que, por decisión de la familia, el ataúd con los restos de Diez Canseco no ingresará al Congreso, que lo sancionó de manera injusta.
Castro Gómez dijo que sus restos, después de la Plaza Bolívar, serán llevados a la Plaza Bolognesi, donde recibirá el homenaje del Partido Socialista, última organización que lideró en su larga trayectoria.
Diez Canseco dedicó la mayor parte de su vida a la defensa de los derechos humanos y a una lucha frontal contra los corruptos. Decidió vivir al lado de la lucha de los trabajadores, pese a que pertenecía a una familia adinerada. Sus padres fueron Santiago Luis Diez Canseco Magill y María del Carmen Cisneros Sánchez.
Sufrió de poliomielitis cuando tenía un año de edad, lo cual lo dejó con una característica cojera, sin embargo, siempre caminó derecho por las sendas de la honestidad y la ética.
Este hombre ejemplar, dijo sobre su enfermedad el ocho de febrero: “Encararé esta situación con la misma energía en defensa de la vida y los derechos fundamentales que he buscado tener durante toda mi trayectoria. Lo haré con la misma firmeza y decisión, contando con el invalorable apoyo de mi esposa y compañera, mis hijos y mi familia, de mis entrañables amigos y compañeros, y de los hombres y mujeres del Perú que creen que debo seguir batallando, con ellos, por un Perú nuevo en un mundo nuevo”.
Durante los años ‘90, Diez Canseco se convirtió en uno de los principales opositores a la dictadura de Alberto Fujimori a la que combatió sin freno.
Luchó a favor de los derechos humanos contra Sendero Luminoso y contra algunos malos elementos de Ejército.
Fue un político preocupado por la pacificación, la lucha contra el narcotráfico y sobre todo contra la corrupción, y a favor de las personas discapacitadas.
Diez Canseco apoyó la candidatura presidencial de Ollanta Humala en el 2011, pero tuvo que alejarse de oficialismo por diferencias políticas.
Estudió derecho en San Marcos y sociología en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Durante la dictadura militar fue expulsado a Argentina y luego a Francia. A pesar de ello postuló a la Asamblea Constituyente de 1978 y salió elegido.
Desde ese momento se dedicó por completo a la política y fue elegido numerosas veces como diputado (entre 1980 y 1985), senador (entre 1985 y 1992) y congresista (en los periodos 1995-2000 y 2001-2006). En el 2011 también fue elegido congresista de la República con alta votación
La justicia le dio la razón La congresista Rosa Mavila dijo que el Congreso lo sancionó de manera injusta, como una forma de venganza política. “La justicia tuvo que poner las cosas en su lugar y dejó mal parado al Congreso que trató mal a nuestro compañero que luchó siempre contra la corrupción”, sostuvo.
Mavila dijo que Diez Canseco deja un gran vacío en la política peruana. “Nos deja su ejemplo de lucha y dedicación por lo más necesitados, por los trabajadores, por la gente de a pie”, dijo.
Marisa Glave afirmó: “Simplemente no entiendo la muerte, menos cuando se lleva gente necesaria. Hasta pronto Javier, te encontraremos en otras luchas”.
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