Por: Juan Carlos Flórez Granda - SEHCAP
jcflorezg@gmail.com
“Lo único que puedo prometer es que si
jcflorezg@gmail.com
“Lo único que puedo prometer es que si
el
Huáscar no regresa triunfante
al Callao, tampoco yo regresaré”
(Miguel Grau)
El nombre “Huáscar” trasciende al arma (buque) y
debe su fama a dos grandes marinos: Germán Astete, quien probó su gran maniobrabilidad
y eficacia en el combate de Pacocha el 29 de mayo de 1877 contra los navíos ingleses
Amethyst y Shah; y el último, el almirante Miguel Grau en 1879 durante la
guerra contra Chile.
Actualmente
relacionamos la historia del monitor “Huáscar” cuando hablamos de Miguel Grau y
sus hazañas, quien puso en jaque durante seis meses a toda la escuadra chilena
hasta sucumbir el 08 de octubre de 1879, opacando en cierta forma lo ya hecho
por su anterior comandante Astete.
Por
lo trascendental de la pasada guerra recordamos a Miguel Grau muy ligado al
monitor “Huáscar” y es difícil pensar por separado esta relación. No hay “Huáscar”
(como arma) sin pensar en Miguel Grau.
La
fatídica mañana del 08 de octubre después de una tenaz defensa peruana, los peruanos
en un acto desesperado, al no tener más armas ni dotación para defenderla,
abrieron las válvulas para inundarla a fin que no cayera en manos enemigas pero
es tomado a tiempo por los chilenos evitando su hundimiento: Fue llevado a Mejillones y posteriormente a
Valparaíso.
Una
vez reparado, combatió durante todo el tiempo que duró la guerra contra las
fuerzas peruanas. El “Huáscar” como arma dejó de ser el trofeo preciado y pasó
a ser enemigo peruano, mientras los artilleros solo apostaban a tratar de
destruirlo.
En
manos de Chile este buque no hizo mucho y demostró durante la guerra que sus
comandantes no estuvieron en la talla de la fama del buque, como Thomson,
durante el combate de costa de Arica del 27 de febrero que, sabiendo que tenía
un radio de tiro mayor por los nuevos cañones de retrocarga que reemplazaron a
los de 300 de avancarga originales, en un acto de alarde se acercó
temerariamente a las fortificaciones de Arica, acertando el monitor peruano “Manco
Capac” un proyectil del 500 libras,
matándolo instantáneamente y enviando al monitor de nuevo a dique.
Actualmente
lo que se ve en Talcahuano es una nave muy similar con ese nombre que nos recuerda
a los peruanos la hazaña de Grau pero como arma es muy distinta y casi todas
sus partes, incluyendo calderas, torre, cañones y planchas, no son las
originales. Durante y posterior a la guerra sufrió varias modificaciones y
restauraciones hasta la actualidad. En general es un buque que está bien cuidado y mantenido como reliquia y museo
donde se honran a tres comandantes muertos en su cubierta: Prat, Thomson y
sobre todo Grau a quien se le debe la real fama de este buque y sin querer,
para que las futuras generaciones no olviden la leyenda peruana del “Huáscar”.
Hablar del monitor "Huáscar" es pensar en Grau y sus hazañas y todos los que
conocen la historia de la pasada guerra de 1879 no dejan de relacionarla.
Sin
la historia peruana de este buque y las hazañas de sus dos comandantes, quizás
hoy no hubiera tenido la atención que hoy tiene y en su época hubiera acabado
como cualquier otro buque, vendido como chatarra o abandonado en algún fondo al
olvido.
En Chile, o parte de la población chilena se tiene la idea que el "Huáscar" es un trofeo de guerra. Pero irónicamente los que piensan así no dejan de alimentar sus épicas historias y como tal, mantienen viva la memoria de Grau y sus tripulantes, así como La Esmeralda de Prat. Otra parte de la población lo considera un museo donde se conmemora a los tres comandantes que murieron en su cubierta.
A
pesar que este buque no es el original siempre despierta sentimientos, recuerdos y visitas de peruanos por lo que
representa su nombre e historia.
He conversado durante años con
varios marinos e historiadores de carrera sobre el “Huáscar” y el destino
que debería tener y las respuestas coinciden en su totalidad. El solicitar la
devolución o soñar reclamarlo es una equivocación total. Su fama terminó el 08
de octubre en el combate de Angamos con la muerte de Grau y la tenaz defensa de
sus tripulantes.
Soy de los que están
totalmente de acuerdo que este buque se debería de hundir en el mismo lugar
donde fue capturado en un hipotético caso que Chile tuviera la disposición de
devolverlo. Creo que ese sería un final simbólico y el mejor tributo que se le
haría a la tripulación del monitor peruano.
Equivocadamente hay voces que insisten en la devolución de este buque al Perú. Creo que desconocen los pormenores y la consigna de Grau.
Chile
tiene hoy a un “Huáscar” enemigo peruano durante la mayor parte que duró
la
guerra, dejando de ser un trofeo de guerra para haberse convertido en un
arma
más. Y claro que despierta emociones para los peruanos. Afirmo que
debería quedarse donde está. El “Huáscar” chileno yace en Talcahuano
impecablemente mantenido por la Armada de ese país y a pesar que fue un
arma
utilizada contra el Perú en el pasado, su verdadera fama e historia
tiene firma
peruana gracias a un Miguel Grau de gran recordación en la historia
mundial.
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