Este sábado en Santiago de Chile, capital y principal centro urbano chileno, las autoridades de la ciudad declararon la séptima preemergencia ambiental de este año. Como una de las medidas decidieron quitar de circulación cerca de 200.000 autos, ante el aumento de la contaminación ambiental en la urbe, una de las mayores del mundo.
Además, las medidas tomadas por la Intendencia de Santiago incluyen el cese de las funciones de 841 fuentes fijas industriales y la prohibición de encender todo tipo de calefactores a leña o biomasa. Asimismo, las autoridades recomendaron a los ciudadanos evitar cualquier tipo de actividad física al aire libre que está muy contaminado.
Precisamente en invierno, a causa de la ausencia de vientos y al fenómeno de la inversión térmica (temperaturas más bajas en las capas inferiores de la atmósfera), se produce una fuerte contaminación en la ciudad, situada en un valle y flanqueada por la Cordillera de los Andes, bajo una espesa capa de polución.
En Santiago de Chile residen alrededor de 6,2 millones de habitantes, y es considerada la segunda ciudad más contaminada de América Latina tras Ciudad de México, donde habitan más de 12 millones de habitantes. Así, en la capital chilena desde hace más de 20 años se registran constantemente alertas ambientales.
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