La contracumbre a la de Río+20, integrada por cientos de movimientos
sociales de todo el mundo, concluye con manifestación de 50.000 personas
y señala: "Las decisiones de Río+20 condenan a la gente y al planeta"
El viernes 22 de junio concluyó la Cumbre Río+20, retrasando
una vez más las fechas de compromiso, que en numerosos asuntos concluía
en este 2012, y ahora han sido nuevamente extendidas a 2014. El
documento final de la cumbre de 191 países en Río de Janeiro ha sido
señalado por algunos de los actores participantes como "un retroceso".
Por ejemplo, Kit Vaughan, coordinador del área de cambio climático para
la organización humanitaria internacional Care, ha sostenido que Río+20 representa "20 años perdidos" desde la cumbre de 1992, ya que "aquí no hay urgencia ni compromisos legalmente vinculantes".
Al mismo tiempo, ha tenido lugar, entre el 15 y el 23 de junio también en Río de Janeiro, la llamada "contracumbre" o Cumbre de los Pueblos por la Justicia Social y Ambiental.
Ha sido un espacio de convergencia y comunicación entre cientos de
movimientos sociales, medios independientes y actores internacionales.
El evento ha contado con numerosas manifestaciones en Río de Janeiro, entre las que destacó la del 20 de junio, que movió a más de 50.000 personas en contra de la llamada "economía verde".
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En esta contracumbre ha destacado Amigos de la Tierra Internacional, que ha presentado un completísimo informe
en el que ha condenado los acuerdos alcanzados en la Cumbre oficial de
Río+20, señalando que "dejan el camino libre a las grandes empresas",
donde "una vez más, se pone en venta: las personas y la naturaleza.
"El acuerdo, como ya se esperaba, está muy lejos de la acción necesaria para abordar las crisis planetarias que afrontamos, y no contempla ninguna de las soluciones planteadas por la sociedad civil en la Cumbre de los pueblos. Esto se debe principalmente a la influencia que ejercen los lobbies empresariales en Naciones Unidas. Por el contrario, la sociedad civil ha hecho su parte saliendo a la calle para exigir un acuerdo justo, y junto a algunos países del Sur Global han impedido una declaración, que nos hubiera colocado en una situación mucho peor que la de hace 20 años."
Esta "comtracumbre" ha sido apoyada por unas 200
organizaciones de la sociedad civil, durante 9 días (y no solo 3 como la
cumbre), ha dado respuestas a las crisis, debatiendo y proponiendo otras ideas de cambio. Entre las propuestas, la Soberanía alimentaria (frente a la Seguridad Alimentaria de la FAO como paradigma), la justicia climática y económica, se han constituido como parte de las soluciones al panorama medioambiental y social, presente y futuro,
Sin embargo, no es ni de lejos la primera vez que una iniciativa
abierta de este tipo. La última contracumbre fue durante la Cumbre sobre
el cambio climático celeraba en Durban, Sudáfrica (COP17), en noviembre
de 2011, donde se pudo percibir cómo aumentó exponencialmente las alternativas a las cumbres "oficiales", o las acciones que contradecían el mensaje pasivo de la COP16 de Cancún en 2010 y proponían "soluciones reales".
En esta ocasión, en el 20° aniversario de la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CNUMAD), movimientos
sociales, entre ellos Amigos de la Tierra Internacional, ha señalado
como principal asunto la creciente influencia que ejercen las grandes empresas y grupos de cabildeo empresarial dentro de la ONU.
En su informe, destacan seis puntos importantes:
1. Economía verde: Maquillaje verde de la economía mundial.
"Las grandes empresas han ganado mucho terreno dentro del sistema de la ONU. Existe un énfasis cada vez mayor en los mercados y las empresas como solución a los problemas ambientales. Si partimos de esa base, quizás no sea sorprendente que los lobbies empresariales estén exigiendo ahora un papel más formal, marcado y profundo en la toma de decisiones de la ONU sobre medioambiente. Estas exigencias han sido expresadas claramente en el contexto de las negociaciones sobre el clima de la ONU, y algunas de sus exigencias ya han sido implementadas en el proceso previo y durante la cumbre sobre el clima celebrada en Cancún.37"
2. SE4ALL 13: Energía Sostenible para Todos:
"Al facilitarle a la gente vinculada a la industria de los combustibles fósiles y el modelo actual de energía insustentable una posición tan dominante, esta iniciativa está destinada a fracasar en su objetivo de enfrentar al unísono los desafíos mundiales del acceso a la energía y el cambio climático. En la práctica, SE4ALL ya está subordinando estos objetivos al de generar oportunidades de negocios y lucro para las empresas, y le ha abierto las puertas a todo tipo de infraestructura y proyectos de energía insustentables, sucios y destructivos que seguirán contribuyendo al advenimiento del cambio climático peligroso".
3. FIDA 17: Fundación Gates: promoción de los intereses empresariales en nombre de la lucha contra el hambre
"Como organismo especializado de la ONU en financiar el desarrollo agrícola en los países en desarrollo, el FIDA debe priorizar los derechos de las personas antes que los intereses de las empresas. Es claro que la Fundación Gates promueve estrategias agrícolas que abrirán nuevos mercados a las grandes empresas, incluyendo la promoción de políticas públicas en beneficio de los intereses empresariales".
4. CDB 20. Influencia empresarial en el Convenio sobre la Diversidad Biológica: la biodiversidad en venta:
"En lugar de garantizar que las empresas cumplan la legislación nacional e internacional existente o desarrollen un modelo de negocios más sustentable, el CDB está generando nuevas oportunidades para que las empresas lucren con el ambiente natural, al tiempo que se legitima el daño ambiental provocado".
5.
Políticas del agua 24: Influencia empresarial en las políticas de la
ONU sobre el agua: debilitamiento de los derechos universales
"Los intereses del sector privado, que tienen un papel activo dentro de las Naciones Unidas, están buscando cada vez más formas de hacer que el agua sea un negocio lucrativo mediante propuestas para transformar al agua en una mercancía comerciable (mercantilización) y convertirla en un producto financiero o un derivado (financierización)".
6. Pacto Mundial 28: El Pacto Mundial, sin ataduras
"Si la ONU quiere abordar de manera efectiva y significativa el comportamiento irresponsable de las empresas, debe crear algo bastante más ambicioso que el Pacto Mundial. La ONU debería tomar distancia del pragmatismo que apuntala la estrategia del Pacto y establecer una iniciativa más rigurosa para la rendición de cuentas por parte de las empresas. Esta nueva iniciativa debería monitorear los impactos de las grandes empresas sobre las personas y el medioambiente. Más aun, debería trabajar en pos de un marco legalmente vinculante para que las empresas rindan cuentas, que incluiría, entre otras cosas, un mecanismo apropiado para reparar agravios y un sistema de sanciones legales para las violaciones".
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Críticas: "Continuidad del colonialismo" y "Doctrina de la Conquista" en los tiempos actuales.
Estas dos líneas propuestas por Miguel Palacín Quispe, organizador de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI).. Sus palabras, ampliamente difundidas estos días en medios alternativos como la red América Latina En Movimiento (ALAINET) se centran en cómo en las dos últimas décadas del siglo pasado, tras la caída del campo socialista, se impone la globalización neoliberal, una nueva colonización que se traduce en los países latinoamericanos en "privilegios para las actividades extractivas, siempre en nombre del desarrollo".
"Las multinacionales invaden con apoyo de los Estados los territorios
indígenas y criminalizan la protesta ante esta violación sistemática de
derechos. Las múltiples crisis que azotan hoy el planeta: social,
cultural, económica, ambiental, de paradigmas, evidencian los límites de
este modelo, incapaz de sostenerse a sí mismo. Es una crisis de la
civilización occidental". Para sostener esto, uno de los principales
instrumentos de que se han valido los actores internacionales
neoliberales han sido las cumbres sobre el desarrollo; en concreto, el
concepto de "desarrollo sostenible", generalizado en la popular Cumbre
de Río en 1992, pero evidenciado hoy como ineficaz y en crisis,
o el de "economía verde" muy empleado durante esta última cumbre
Río+20. En lugar de ello, las difundidas palabras de Miguel Palacín, y
las de cientos de investigadores, sociólogos, antropólogos o medios de
comunicación independientes es la de que en el seno de la ONU y en sus
poderosas herramientas se atienda a las propuestas indigenistas., que el propio autor resumió de la siguiente manera:
PROPUESTAS INDIGENISTAS
Pilar cultural: Reconocimiento de la cultura como cuarto pilar del desarrollo sostenible. La diversidad natural y la diversidad cultural están íntimamente ligadas y deben ser igualmente protegidas. Exigimos un enfoque holístico del desarrollo sostenible para guiar a la humanidad en la tarea de vivir en armonía con la naturaleza.
Estándares de derechos: Reconocimiento de la Declaración ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y el Convenio 169 de la OIT como estándares de derechos para la implementación del desarrollo sostenible a todos los niveles. El consentimiento previo, libre e informado es el estándar aplicable en el proceso de desarrollo que afecte a los pueblos indígenas.
Derecho al territorio; Salvaguardar los territorios. Reconocimiento de la gestión tradicional de los pueblos indígenas de las cabeceras de cuencas, bosques, glaciares, zonas de alta biodiversidad. Compromiso de implementar medidas efectivas para la conservación de las fuentes hídricas, glaciares, páramos y cabeceras de cuenca.
Conocimientos tradicionales y Buen Vivir: Reconocimiento y compromiso de proteger los conocimientos ancestrales de los pueblos indígenas y a proteger sus sitios sagrados. Los saberes ancestrales colectivos de los pueblos indígenas deben contar con salvaguardas y patentes especiales. Estos saberes no podrán ser violentados por ningún acuerdo normativo de protección de la propiedad intelectual a favor de empresas privadas. Además, se debe profundizar en el Buen Vivir como alternativa al cambio climático y la crisis de civilización.
Educación; Recuperación de los conocimientos ancestrales de los pueblos indígenas y compromiso de incorporarlos en el sistema educativo, para que formen parte de los currículos en todos los niveles educativos y avanzar en una educación intercultural que acerque a todos los sectores sociales, reivindique las identidades y promueva una relación armoniosa entre todas las culturas.
Derechos de la Madre Tierra: Compromiso de trabajar para que la Asamblea General de las Naciones Unidas debata y adopte una Declaración Universal de Derechos de la Madre Tierra . Esto debe ser vinculado a la creación de un Tribunal Internacional de Justicia Climática que sancione las violaciones a los Derechos de la Madre Tierra.
Mujeres indígenas: Incorporar la visión de mujeres, de la infancia y de la juventud de forma transversal en todos los programas de desarrollo sostenible y economía verde. Incluir el reconocimiento de la mujer indígena como transmisora de los saberes indígenas a través de la lengua materna. Hacer explícitos los efectos del cambio climático para la mujer (migraciones, más responsabilidades...) y acordar medidas para afrontar estos problemas.
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Las críticas a esta Cumbre de Río+20 han sido sin embargo más amplias
que nunca. La BBC, por ejemplo, ha señalado que esta ha sido "la mayor cumbre en la historia de la ONU, pero no la más aplaudida".
Sin embargo, ha sido Amigos de la Tierra Internacional la
organización que ha preparado, como de costumbre, el material más
amplio, resumido, como señalábamos más arriba, en un completísimo informe, que ahora sintetizamos:
Análisis de los elementos clave en la declaración de Río:
Economía verde
La Unión Europea ha sido una de las defensoras de la “economía verde”
al servicio de los sectores económicos y financieros y uno de los
principales bloques que buscaba imponer la propuesta de las grandes
empresas en la Declaración, presentándola como una herramienta
indispensable para avanzar hacia el desarrollo sostenible. Sin embargo,
la sociedad civil y algunos países han frenado esta imposición,
permitiendo, de momento, que cada gobierno defina sus políticas para
lograr un economía justa y sostenible.
Lamentablemente, la “economía verde” todavía está reconocida
en la Declaración como un instrumento clave en la declaración, y no
recoge como causas de las crisis ambiental, social y económica los
patrones de consumo de los países industrializados, quienes
deberían asumir su papel de responsabilidad y ser los primeros en tomar
medidas para empezar a consumir y producir de forma sostenible. La
Declaración tampoco es capaz de reconocer que las empresas
multinacionales son unas de las principales causas de estas múltiples
crisis a escala planetaria, éstas siguen estando al margen, y con una
situación privilegiada en las políticas mundiales.
Los principios de Río
La declaración de Río+20 corrobora los llamados “Principios de Río”
firmados en la Cumbre de La Tierra en 1992, sin ir más lejos en sus
compromisos adquiridos.
El acuerdo ignora la necesidad de que los países industrializados
admitan su deuda ecológica, a través de la creación de un fondo de
financiación y la transmisión de tecnología.
A su vez, la declaración de Río+20 no aborda uno de los principales
problemas de la crisis, ir poniendo fin de forma progresiva a los
combustibles fósiles por una transición justa a una economía baja en
carbono.
Control empresarial de la ONU
La Declaración de Río+20 sigue considerando voluntaria la rendición
de cuentas en materia de sostenibilidad por parte de las empresas,
enfoque ya presente hace 10 años y que se ha demostrado absolutamente
insuficiente para abordar correctamente los abusos y crímenes de las
empresas.
De manera desafortunada, la Declaración de Río pone un acento
desmesurado en la contribución del sector privado en cuanto a
financiación: estipula que los gobiernos deberían apoyar iniciativas que
"promuevan la contribución del sector privado" y sólo hace referencia a
la movilización de fondos públicos en relación a acuerdos colaboración
público-privado.
La Declaración de Río no incluye ninguna de las peticiones presentes
en la Declaración de Amigos de la Tierra Internacional y otras
organizaciones, hecha pública el 4 de junio, y firmada por más de 400
organizaciones de todo el mundo. Algunas de estas peticiones son:
limitar el papel privilegiado que se le otorga en la actualidad al
sector privado en las negociaciones oficiales y decisiones políticas de
la ONU; poner límites al peso de "empresa e industria" en el grupo
principal que se supone asegura la participación de la sociedad civil;
transparencia sobre todas las relaciones y vínculos existentes entre la
ONU y el sector privado; el establecimiento de un código de buena
conducta para los funcionarios de la ONU; la revisión de los acuerdos de
asociación con empresas y paralizar cualquier nuevo acuerdo de este
tipo; un incremento de la transparencia sobre la presión empresarial; el
establecimiento de un régimen jurídicamente vinculante que permita
exigir a las empresas la rendición de cuentas de cara a la legislación
en materia de derechos ambientales, humanos y laborales.
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Las soluciones propuestas en la Cumbre de los Pueblos puede resumirse del siguiente modo:
La implantación de energías renovables a pequeña escala y local.
Invertir en eficiencia y ahorro energético.
La soberanía alimentaria para abastecer las necesidad locales de alimentación.
El establecimiento de una tasa financiera.
La implementación de normas vinculantes para el sector privado, que eviten comportamientos dañinos para el medio ambiente y las personas.
Invertir en eficiencia y ahorro energético.
La soberanía alimentaria para abastecer las necesidad locales de alimentación.
El establecimiento de una tasa financiera.
La implementación de normas vinculantes para el sector privado, que eviten comportamientos dañinos para el medio ambiente y las personas.