miércoles, 8 de agosto de 2012

Petroperú y la explotación de crudo

Por:Jorge Manco Zaconetti (Investigador UNMSM)

 


En el mundo de las 50 compañías de hidrocarburos más grandes por el tamaño de sus reservas, según la fuente autorizada Petroleum Economist, 28 están controladas totalmente por los estados y representan cerca del 80% de las reservas totales.
"PetroPerú con una gestión eficiente, moderna, transparente, cotizando en la bolsa de valores, con un comportamiento de mercado ajeno a las intervenciones políticas de los gobiernos de turno, constituye una palanca para el desarrollo  del país.”


Las compañías saudí Saudi Aramco, la  iraní NIOC y PDVSA de Venezuela están a la cabeza de esta clasificación, mientras que la primera empresa privada que aparece en el listado es la estadounidense Exxon-Mobil, que se sitúa en el 11° lugar, y la británica BP en el puesto 15 (fuente: The Economist).
De acuerdo con un informe del Banco Mundial de 2011, las empresas públicas petroleras, en su siglas en inglés National Oil Companies and Value Creation (NOC), tienen un rol creciente en el mundo, pues controlan cerca del 90% de las reservas petroleras y el 75% de la producción. En América Latina destacan, además de PDVSA, Pemex, de México; Petrobras, de Brasil; y Ecopetrol, de Colombia; que operan en nuestro país.
Este reconocimiento sobre el rol de las empresas estatales en sectores estratégicos como los hidrocarburos fue respetado en la mayoría de países de América Latina, con excepción de Argentina, Bolivia y Perú, que aplicaron radicalmente las reformas privatizadoras en la década de los noventa del siglo pasado. Estas políticas fueron cuestionadas en la primera década del siglo XXI por Evo Morales con una nacionalización que fortaleció su empresa YPFB y la reciente estatización de la YPF en Argentina durante el gobierno de Cristina Fernández.
Con el respeto a la estabilidad jurídica y el interés nacional, las declaraciones del presidente Ollanta Humala en su último discurso apuntan al fortalecimiento de empresas estatales como Petroperú, Electroperú y otras. En el caso de la petrolera estatal, debe entenderse  la apuesta por la integración vertical, es decir, su participación en la explotación de los lotes petroleros cuyos contratos están próximos a su vencimiento entre 2013 y 2016.
La forma eficiente de operar en el sector de hidrocarburos es la integración vertical, con la participación en las fases de la exploración, explotación, refinación, transporte, distribución mayorista y minorista a través de las estaciones de servicios (grifos).
Por ello, el retorno de Petroperú a la explotación en los contratos de hidrocarburos próximos a su vencimiento además de aumentar la participación en la renta petrolera, categoría reconocida como el excedente ricardiano y que se explica por la diferencia entre el precio internacional del crudo y los costos internos de producción, asegura el abastecimiento de crudo para sus refinerías.
En la nomenclatura económica el excedente está constituido por las regalías pagadas que captura el fisco, el impuesto a la renta abonado al Estado y las utilidades por ahora retenidas por los privados. La integración vertical de Petroperú como titular de los lotes con un operador privado o socio estratégico permitiría asegurar una mayor rentabilidad en razón de las reservas probadas y probables cuya explotación conllevan un menor riesgo.
Después del negocio de armas y el narcotráfico, el sector de hidrocarburos es el más rentable por el alto riesgo que tienen las actividades de exploración. Sin embargo, en nuestro país se privatizaron los lotes petroleros de la empresa estatal con reservas probadas y probables que fueron subestimadas, y hoy Petroperú tiene que abonar precios internacionales que tienen un componente altamente especulativo y político.
Si bien constituye un buen deseo la participación de Petroperú en los nuevos lotes que licite Perupetro, por el elevado riesgo que ello tiene, no resulta recomendable la inversión de los escasos recursos de la petrolera estatal en las actividades de exploración. En cambio, su retorno a la explotación con reservas probadas y probables de petróleo, que se estiman por encima de los 300 millones de barriles de crudo, incrementan sus activos, su patrimonio y le permite mayores espaldas financieras y ser sujeto de crédito internacional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario