Por: Diego
Para empezar a esbozar este tema, debemos  de inmediato iniciar con una pregunta fundamental:
¿La independencia  peruana, logró constituirnos como Nación?
La respuesta es clara y firme de un  rotundo No.
Si la Independencia no fue de toda la Nación por ende tampoco  pudo haber constituido al Perú como Nación, a pesar de que los criollos  pudieron haber tenido ideas verdaderamente independentistas, el titubeo,  la falta de ideólogos llevó a una Independencia de papel y no  completamente de hecho y la exigua participación indígena también volvió  ajenos a sus líderes de las principales tareas democráticas que  necesitaba nuestro joven país en aquel entonces. 
Si bien es cierto el mestizaje nos  arrebató también el ser una Nación con una identidad racial, tal como lo  tiene La China, Japón, Rusia, no por ello hemos dejado de ser una  Nación que debe ejercer soberanía sobre su territorio patrio,  lamentablemente respecto a nuestra patria no somos amos y señores de  ella porque aún no la hemos explorado completamente y no la gobernamos.
 Cuando nuestros héroes  decidieron entregar  su vida por defender la patria, los  enviaron desarmados, y no me refiero solamente a los fusiles, porque un  soldado hasta puede luchar desarmado, pero lo peor que se puede hacer   es desarmarlo de su conciencia patriótica y alienarlo hasta hacer que  olvide y se avergüence  de su legado cultural que  ha  heredado de su nación ancestral.
No somos una Nación porque no  hemos podido  constituir las distintas nacionalidades que la componen, a pesar que en  el mapa del Perú nos diga lo contrario, hemos tenido que apelar a la  cartografía para poder ser soberanos de una patria que no hemos podido  gobernar.
Nosotros los que nos afirmamos como peruanos, provenimos de un  gran legado cultural de la cual somos hijos y herederos de una  civilización genialmente esplendida como lo fue el Tahuantinsuyo. 
 El modelo civilizatorio  detenido por más de 500 años por seudocolonizadores, debe ser  continuado,  no para pretender retroceder las ruedas de la historia, sino que se  trata de recoger  la visión tecnológica de nuestros  ancestros y aplicarla a la tecnología actual que sepa respetar las  fuerzas naturales, y a la vez desarrollarlas a niveles nunca antes  vistos, de manera que podamos exportar tecnología y no solo materias  primas.
El Perú puede demostrar al mundo entero el verdadero  significado de lo que es “Desarrollo Sostenible”, más con nuestra  economía potencialmente agrícola le diremos a la derecha cavernaria que  no es posible seguir viviendo de la renta minera, y que no ofrece  ninguna garantía de seguridad alimentaria, menos de desarrollo  industrial, ya que una política agraria altamente tecnificada y  extensiva, a la par es inherente en un verdadero proyecto nacional a una  política industrial que estreche la distancia entre la urbe y el campo,  y para ello tenemos el gran poder organizativo de las comunidades  indígenas, asociaciones campesinas que viven expoliados una y mil veces  por las transnacionales mineras.
 Por su forma y cosmovisión de la tierra y el  trabajo es que son el embrión para demostrar que más de 500 años de  ideología colonialista puede acabar con el poder tecnológico y  organizativo al estar bien organizado y preparado y eso nos lo  demuestra la comunidad.
Qué diferencia existe entre la política medioeval de los  españoles al imponernos trabajos forzados en las minas, y convertirnos  en su fuente de extracción de oro a costa de ese verdadero holocausto  que causaron  contra los hombres andinos, con la actual  política de expulsar a los campesinos y masacrar comunidades indígenas  (Baguazo) por explotar  minerales y petróleo, sin mostrar  el menor respeto por estos verdaderos hijos de nuestra patria, capaces  de producir bienestar y valor que conduzcan hacia el desarrollo nacional  y lograr el liderazgo no solo latinoamericano sino mundial en  producción y verdadero respeto por la naturaleza, muy distinta a esa  hipocresía ambientalista mostrada en Copenhague que no pretende bajo  ningún termino respetar el medio ambiente.
Occidente nos ha querido imponer una y  mil veces su modelo de sociedad de bienestar, que de ello solo se ve  reflejado en contaminación, drogas, prostitución y desigualdad social a  niveles extremos. A estos señores debemos responderles que lo que se  impone a su sociedad, no va a servir para la nuestra, porque nuestro  país ejercerá su derecho a forjar su propio camino.
Nosotros con nuestro legado cultural,  podemos enseñar al mundo entero y superar ese famoso concepto económico,  que hasta parece un chiste, llamado :  “Desarrollo  Sostenible”, más podemos refutar ese remedo  de sociedades  modelos que nos ha implantado Occidente y con nuestra economía  potencialmente agrícola no pasarán más de quince años para ver los  primeros resultados hacia el camino de potencia mundial en una economía  verdaderamente sostenible (en lo social, ambiental y económico) con un  profundo respeto por la naturaleza como nos enseñaran nuestros  antepasados del Tahuantinsuyo.
Pero aún existen voces conservadoras, que llenan de  condecoraciones a las nacionalidades indígenas, y en la práctica los  desprecian, asesinan e incluso sienten rechazo racial por ellas.  Nosotros verdaderos peruanos, porque nos ha parido nuestra patria, y  hemos nacido aquí, podemos desenmascararlos y al mismo demostrarles que  para constituir una Nación y ejercer soberanía sobre una patria no basta  con medallas y ceremonias de honor sino empezar desde ya el proceso de  unificación de la Nación y que esta ejerza una verdadera soberanía sobre  la totalidad del territorio patrio.
De que han valido distintas asambleas,  constituyentes, si no han sido incapaces de constituir un país, hemos  tenido clase dominante de aristócratas y capitalistas todo el tiempo,  pero nunca una clase dirigente, inevitablemente ante el vacío que dejan  los partidos políticos de militantes solo a sueldo, se ha producido un  sin número de caudillismos, militarismos y civilismos, pero todos ellos  con el denominador común que no pertenecieron a verdaderos partidos con  base ideológica. Para la derecha ignorante y torpe un partido es un  puñado de mercenarios , es decir militantes sin ideología  y a sueldo,  para nosotros los patriotas, un partido se asienta sobre una ideología  cuyo principal motor es el amor a la patria y el orgullo de pertenecer a  su nación, cuyo camino es hacia la constitución de la Nación por medio  de la unidad nacional, pero ello quedaría en palabras si no tomamos en  cuenta el problema de la tierra y que ello sea parte de un proyecto  nacional, proyecto que nunca ha tenido nuestro país.
LA TIERRA
De nada serviría llenarnos de loas hacia  la patria y la nación, si en lo económico y político no seremos capaces  de despercudir de la infraestructura económica de  los  rezagos anquilosantes del feudalismo, y en la sobre estructura política e  ideológica forjar nuestro propio pensamiento, nuestro propio camino ha  potencia mundial detenido ya por muchos siglos. Si queremos que los  ciudadanos de este país dejen de tener la conciencia social  colonialista, entonces debemos implementar cambios fundamentales en la  economía que nos lleve a ello, lo uno de lo otro están íntimamente  ligados, uno de esos cambios podemos hallarlo en la propiedad de la  tierra.
Para esos hombres primitivos y torpes que dicen ser de  pensamiento liberal y librecambista (que con la crisis mundial  de  libre no tiene nada de ello ahora) la tierra solo sirve para  sobreexplotarla a costa incluso de dejarla infértil para siempre, por  ello Mariátegui manifestaba que para el hombre andino, la tierra es su  madre, pertenece a ella, de ella viene y con ella muere, ella le da su  subsistencia y por eso debe respetarla, cosmovisión que jamás entenderán  los cerebros primitivos de occidente.
Por ello no podemos hablar del hombre del  campo, sin dejar de mencionar al hombre andino que , en la selva es mano  de obra barata del indígena selvático urbanizado, y en el norte son los  descendiente moches y migrantes de Cajamarca que ofrecen su brazo  trabajador, tocar el problema de la tierra, es hablar del hombre mal  llamado indígena, y la distribución de la tierra, reflejará en la  práctica, si forjaremos un proyecto nacional o solo una verborrea barata  y subjetiva.
 La  constitución neoliberal del fujimorismo de 1993 es harto sabido que deja  las puertas abiertas a que se trafique y oferten las tierras al mejor  postor extranjero, y orientado a la expropiación comunal, es decir a  quitarles las tierras a las comunidades campesinas indígenas y  vendérselas a las mineras, en lugar de tecnificar la tierra,  industrializar el agro y dar esas herramientas para elevar el nivel  industrial de los cultivos, se las oferta irresponsablemente porque no  les interesa ni la patria ni la nación, menos un proyecto nacional que  nos lleve a la unidad nacional, porque si nuestra nación no es  capaz de ofrecer pan, poco podrá hacer para unificar a sus naciones en  una sola que sientan su peruanidad hasta el tuétano.
Por ello es verdaderamente jacarandoso  ver horrorizados a los partidos de derecha cuando escuchan la palabra  “Nacionalismo”, y si embargo a los países que admiran como EEUU, España,  Francia, son los primeros en proteger a sus ciudadanos y son altamente  nacionalistas. Y sus política económicas y legislativas son  ultranacionalistas y proteccionistas, es decir, ellos pregonan  neoliberalismo para el Perú y latinoamerica y nacionalismo para sus  propios países.
En este artículo solo ha sido intención genérica mencionar  algunas líneas maestras del camino hacia el forjamiento del Perú como  nación, dentro de ello el problema de la tierra, es materia de un  artículo específico mencionar el problema en sí mismo en la realidad  actual y los cambios necesarios a realizar en su distribución e  industrialización.